30 de agosto de 2009

Déjà vu


Cuidado, peligran las tierras del sur (Hedelberto López Blanch)
El informe de la FAO denuncia que el incremento de las compras masivas de terrenos en los diferentes continentes, aumenta el riesgo de que más pobres sean desposeídos o se les impida el acceso a la tierra, al agua y por último, a la vida.
En los últimos tiempos, alrededor de 30 millones de hectáreas cultivables y de reservas boscosas ubicadas en naciones pobres, equivalente a la mitad de Europa, han sido adquiridas por países ricos y compañías transnacionales.
Con esta nueva variante de colonización en el siglo XXI, la miseria aumentará entre millones de personas de las naciones pobres que verán cómo por la intensa explotación de sus ancestrales tierras los acuíferos se secarán, la ecología se arruinará y la contaminación proliferará.
Son los efectos de la globalización salvaje y neoliberal.

Obama en Colombia: una política neo-militarista (Sara Leukos entrevista a James Petras)
Esta política imperialista de Obama hay que ubicarla en un contexto mundial: han intervenido en el proceso de Honduras, han emplazado siete bases en Colombia, han duplicado las tropas en Afganistán, han lanzado una enorme ofensiva en Afganistán, han extendido la guerra en
Pakistán (diariamente hay operaciones aéreas en territorio pakistaní matando a cientos de civiles). También hay amenazas de intervenir en Somalia. Además, continúa el apoyo a Israel, ya que a pesar de las críticas, los judíos siguen construyendo colonias sin ningún tipo de represalias por parte de los norteamericanas. Como decíamos anteriormente, Obama opera con un doble discurso: con propuestas populares y con prácticas agresivas militaristas. La gente no entiende esto y repite muchas veces como papagayos es "progresista".

La literatura del poder (Jorge Majfud)
Cuando Estados Unidos invadió Irak esgrimiendo razones que luego se probaron falsas, muchos
diarios publicaron imágenes de niños muertos, despedazados por los bombardeos. Pero nada o casi nada importó esas imágenes. Lo mismo ocurre en cualquier otro conflicto mundial cuando se enfrenta un gran ejército a un ejército irregular o a la población civil. No importa de qué lado están la razón y la justicia. El verdadero campo de batalla es el campo dialéctico y, sobre todo, el
narrativo. Toda la violencia nace o se legaliza ahí. Al poder de turno tampoco le importa la dialéctica en sí mismo, la lógica del discurso que justifique una determinada acción militar, sino la verbalización fracturada y repetida de una verdad construída para el caso.