Alicante, 1 de abril de 1939
Huir, escapar hacia la costa levantina se convirtió para muchos en objetivo prioritario. (…) El puerto de Alicante se convirtió en el refugio de una multitud, entre doce y quince mil personas, que esperaba en vano la llegada de nuevos barcos que nunca aparecerían. Sí se presentaron, en cambio, la tarde del día 30 las tropas italianas de la División Vittorio (…). Cercados, a la derrota en el campo de batalla se sumó otra que calaba aún más hondo: la imposibilidad de escapar. Algunos optaron por pegarse un tiro allí mismo. Los más, por entregarse a las tropas nacionales.
El destino de la mayoría de ellos fue un improvisado campo de concentración erizado de alambradas en la falda del monte de San Julián, a un par de kilómetros de Alicante: el “Campo de los Almendros”. En una superficie de aproximadamente 3 kilómetros de largo por 500 metros de ancho, plagada de almendros, cuyos frutos fueron el único alimento de los allí confinados durante seis interminables días, llegaron a concentrarse cincuenta mil personas. A él fueron a parar los detenidos en el puerto, los que lo eran en los pueblos vecinos y los que circulaban por las carreteras, ya fueran militares o civiles, que formaban parte del éxodo general. Pasados unos días, comenzaron a ser clasificados y repartidos por otros centros de detención. A la prisión militar fueron los mandos republicanos más conocidos; el resto de los hombres fueron encarcelados entre la plaza de toros, los castillos de Santa Bárbara y San Fernando, y la prisión provincial, mientras las aproximadamente cinco mil mujeres detenidas, muchas de ellas con sus hijos, fueron concentradas en salas de cine de Alicante. Muchos de aquellos presos serían después trasladados a campo de concentración de Albatera.
A todos les llegó el eco del último parte oficial de guerra, firmado el 1 de abril por el Generalísimo : “En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado”.
La guerra había terminado, pero comenzaba una terrible represión para eliminar al disidente (…)
“Trece rosas rojas”, Carlos Fonseca, 2004
Tristes y dramáticos días los que se vivieron en el puerto de Alicante y continuaron en los campos de concentración de "Los Almendros" y Albatera.
ResponderEliminarAunque la represión fascista comenzón el mismo 18 de julio del 36, fue a partir de los sucesos del Puerto de Alicante cuando empezó a mostrarse sin tapujos. Las humillaciones, vejaciones, torturas y asesinatos fueron infrinjidos sin piedad por los vencedores de "la cruzada".
Y ahora, casi 70 años después, siguen acusándonos, a los que queremos saber la verdad sobre los sucesos de "remover odios", de "abrir las viejas heridas" de esa "lucha entre hermanos" que dicen que fue la Guerra Civil.
Para saber más:
Memoria de Alicante
Campo de los Almendros
Campo de concentración de Albatera